EMBARAZO PARTO Y LACTANCIA

EMBARAZO PARTO Y LACTANCIA    
  Muchas mujeres opinan que la mejor experiencia de sus vidas ha sido ser madres. No sólo por el
nacimiento de un hijo, sino por la cantidad de transformaciones y sensaciones maravillosas vividas
durante el embarazo.
Cambios físicos, fisiológicos, hormonales, incluso psicológicos, conforman una mezcla explosiva pero
fascinante. Veamos qué ocurre durante este periodo en el cuerpo de la mujer. Veamos, en definitiva, en
qué consiste la aventura de la vida.
Como ya sabemos, una vez que, en las trompas de Falopio, se ha producido la fusión entre el óvulo y el
espermatozoide, se obtiene el óvulo fecundado, que es una nueva célula, y por tanto, vuelve a tener 46
Durante este viaje comienza a dividirse y
empieza a desarrollarse como embrión.
A partir de las 16 células se empieza a
hablar de mórula, ya que su aspecto
recuerda al de una mora.
Después, algunas células continúan
dividiéndose y desplazándose, y pasan a
un estado denominado blástula.
En este estado es como llega al útero,
donde se produce la implantacióncromosomas, 23 cromosomas del óvulo y 23 del espermatozoide. Este huevo fecundado o zigoto,

 Embarazo. Los cambios en la mujer embarazada
El embarazo es la fase de desarrollo del óvulo fecundado, este proceso se lleva a cabo en el útero, y
en condiciones normales, dura 9 meses.
Analicemos más detalladamente este proceso:
Cuando la blástula se implanta en el endometrio uterino, se desarrolla el saco amniótico, que
alberga al embrión. El saco amniótico está lleno de líquido amniótico, cuya función es la de
proteger al embrión.
Entre el útero y el embrión se desarrolla la placenta que permite alimentar al embrión, así como
retirar y eliminar los productos de deshecho, a la vez que actuará como barrera defensiva.
La comunicación entre la placenta y el embrión se lleva a cabo por el cordón umbilical, por el que
pasan una vena y dos arterias.

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El embarazo tiene distintas etapas, que vamos a clasificar por trimestres:
Primer trimestre: ocurren la implantación en el útero y las
primeras fases de desarrollo. De hecho, en el segundo mes, ya
están desarrollados todos los órganos, e incluso algunos de
ellos comienzan a funcionar.
En esta etapa el embrión crece rápidamente, aunque de forma
irregular, porque la cabeza crece mucho más que el resto del
cuerpo.
Segundo trimestre: a partir del tercer mes el embrión recibe el
nombre de feto. En este momento pesa unos 10 g y mide
aproximadamente 3 cm; el tamaño del útero aumenta y con ello
el vientre de la futura madre. Hacia el quinto mes el desarrollo
del vientre llega hasta el ombligo, y la mujer nota ya los
movimientos del feto, que ya tiene todos los órganos
perfectamente desarrollados, y que al final de este trimestre
mide casi 30 cm y pesa 1 Kg.
Tercer trimestre: el útero materno alcanza su máximo
desarrollo, y los órganos del futuro bebé maduran
definitivamente. Normalmente, cambia de postura para situarse
boca abajo.
A partir del séptimo mes, el bebé sería viable, y si naciera podría
sobrevivir. Al final del embarazo, el bebé puede medir entre 45 y
50 cm, y pesar entre 2,5 y 3,5 Kg.
Hábitos saludables en la embarazada
Los primeros cuidados deben comenzar con una revisión ginecológica entre la sexta y la octava
semana de embarazo. Si la mujer está sana y no hay ningún factor de riesgo que pueda complicar el
embarazo, bastará con revisiones prenatales con la siguiente periodicidad:
- Cada cuatro semanas hasta la semana 28 de embarazo.
- A partir de entonces, cada dos semanas hasta la semana 36.
- Después, una vez semanalmente, hasta el parto.
Respecto a la nutrición, debe ser sana y equilibrada, y como norma general, hay que ingerir 300
calorías más diarias. Para adquirir los nutrientes más beneficiosos para el desarrollo del bebé, es
necesario que la dieta incluya: carne magra, fruta, verdura, pan integral y lácteo con bajo contenido en
grasas.
Aparte de estos nutrientes obtenidos con la dieta adecuada, es recomendable un aporte
complementario de calcio, hierro y ácido fólico:
La cantidad mínima de calcio recomendable es de 1.000 mg/día, y durante un embarazo aún más, para
evitar la descalcificación de los huesos de la embarazada, así como para proteger su dentadura.


Las mujeres embarazadas deben consumir entre 27-30 mg/día de hierro, porque éste es necesario
para fabricar hemoglobina, componente de los glóbulos rojos, fundamentales para el transporte de
oxígeno a todas las células del cuerpo.
Un suplemento de 0,4 mg/día de ácido fólico es necesario durante los 3 primeros meses del embarazo,
e incluso si es posible, antes de la concepción. Es muy importante porque reduce hasta en un 70% el
riesgo de defectos en el tubo neuronal del futuro bebé.
Éste se forma durante los primeros 28 días de embarazo, y da lugar al cerebro y a la columna vertebral.
Cuando el tubo neuronal no se forma o no se cierra correctamente, da lugar a graves problemas, como
la espina bífida.
También es muy importante beber abundante agua durante el embarazo, ya que el volumen
sanguíneo de una mujer embarazada aumenta espectacularmente, y el consumo adecuado de líquidos
puede evitar problemas muy molestos como la deshidratación y el estreñimiento.
A parte de estas recomendaciones nutricionales, también
hay otros hábitos muy aconsejables como hacer
diariamente ejercicio moderado, evitando los deportes
violentos o de riesgo, y dormir suficiente número de horas,
ya que el cuerpo de una mujer embarazada trabaja muy
duro para acoger en su interior una nueva vida, por lo que el descanso es esencial.

Todo tipo de sustancias nocivas, como tabaco, alcohol y por supuesto, drogas. El consumo de estas
sustancias ocasiona graves problemas en el feto, desde el nacimiento prematuro o con bajo peso, hasta
problemas respiratorios y daños importantes en el sistema nervioso, e incluso, en el peor de los casos,
el síndrome de muerte súbita en el lactante.
Otras sustancias, que aparentemente son inocuas, también pueden resultar contraproducentes, por
ejemplo la cafeína, cuyo consumo abusivo se ha asociado con un aumento de riesgo de aborto.
Tampoco es recomendable el consumo de ciertos alimentos, como leches o quesos no pasterizados,
huevos crudos, o carnes o pescados poco hechos, porque pueden transmitir al feto enfermedades,
como la toxoplasmosis, que pueden poner en peligro su vida, o provocarle anomalías congénitas.
8.3 El parto
Durante el último mes de gestación el feto se prepara para el nacimiento, encajando normalmente su
cabeza en la zona baja del útero materno. Al final de los nueve meses se produce el parto o
nacimiento, que tiene lugar en tres fases:
Fase de dilatación. Los órganos reproductores femeninos se preparan para expulsar
al bebé. Las paredes del útero se contraen a intervalos cada vez más cortos. Se
rompe el saco amniótico y sale el líquido amniótico, hecho comúnmente conocido
como “romper aguas”. La pelvis se dilata, y el cuello del útero y la vagina comienzan a dilatarse.

Fase de expulsión. Es el momento
culminante, cuando, gracias a las
contracciones del útero, y a los músculos
abdominales que lo empujan hacia la
vagina, el bebé sale al exterior, primero la
cabeza y luego el resto del cuerpo.
Después se corta y se liga el cordón
umbilical.
¡El bebé es un ser independiente! Figura 8.4: Fase de expulsión
Fase de alumbramiento. La madre expulsa la placenta que se desprende de las
paredes del útero, así como el resto del cordón umbilical y otras membranas que
envolvían al feto.
8.4 Cuidados del recién nacido. Lactancia
Los cuidados necesarios de un recién nacido, se basan en tres pilares fundamentales: alimentación,
higiene y descanso.
Respecto a la alimentación, siempre que sea posible, se debe alimentar al bebé con leche materna,
porque tiene grandes ventajas tanto para el hijo como para la madre. La lactancia materna es
fundamental porque los componentes de la leche de la madre, cubren todas las necesidades
nutricionales del bebé y refuerzan su sistema inmunológico protegiéndole de futuras enfermedades.
Además, la leche materna siempre está a la temperatura adecuada y se digiere mejor.
Las madres que amamantan a sus hijos tienen más facilidad para que el útero se
Es aconsejable empezar a amamantar al bebé lo antes posible, el primer contacto del recién nacido con
el pezón estimula la liberación de las hormonas responsables de la salida de la leche. El momento
recomendable para finalizar la lactancia materna es sobre los 5 o 6 meses, aunque a partir de aquí
puede alargarse, introduciendo al mismo tiempo la alimentación complementaria.
Si por algún motivo, esta lactancia no es posible, esto no debe ser causa de preocupación, ya que
existen en el mercado alternativas de leches específicas preparadas para lactantes, que aportan al bebé
todas las vitaminas, proteínas y demás aportes nutricionales que el bebé necesita.
 Lactancia del bebé
Respecto a la higiene, el momento más importante es el baño. Es una situación muy adecuada para
comunicarse con el niño y reforzar la afectividad. Además hay que tener en cuenta algunos consejos
que los especialistas recomiendan, como controlar la temperatura de la habitación (20-22 ºC), y la del
baño, utilizar productos adecuados para la piel del bebé, secarlo minuciosamente y vestirlo con prendas
de algodón. El momento más adecuado es antes de la toma de la noche, porque le proporcionarárelajación y le facilitará el sueño.
Nivel II Módulo I Ámbito Científico-Tecnológico
Unidad de aprendizaje 3 La materia y la información se organizan: de las células a las redes de información clásica.
Este último punto es tan importante como los anteriores. Un bebé bien cuidado y alimentado, debe
dormir las tres cuartas partes del día, aproximadamente. En este sentido, es recomendable mantener
unas rutinas, ventilar y limpiar adecuadamente la habitación del niño así como propiciar un ambiente de
confort y tranquilidad que contribuya y ayude a su descanso y bienestad.








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Presentación

Este blog lo he creado como información de la célula como unidad fundamental de la vida.

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